domingo, 20 de marzo de 2016

Cambio climático urge una agricultura resiliente

DESARROLLO RURAL

Cambio climático urge una agricultura resiliente

Miguel Altieri, profesor de la Universidad de Berkeley, afirmó que el mundo necesita una transformación radical, social, política y económica del sistema, desde la agroecología, para enfrentar el calentamiento global.

“Queremos llegar a una transformación no solo del sistema productivo, también del contexto socioeconómico y político en el que se incrusta este sistema agrícola”, indicó el experto, durante el lanzamiento de su libro Herramientas didácticas para diseñar sistemas agrícolas resilientes, en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional Sede Medellín.
Desde su mirada, esta crisis climática es el resultado de un sistema económico imperante que no respeta la naturaleza y es parte de un proceso ecológico global mucho más grave. Por eso, reitera, desde el enfoque de la agroecología, el mundo necesita cambiar la forma en la que se producen los alimentos.
“Tenemos que pensar en una nueva agricultura, pero no solo desde el punto de vista tecnológico, también ético. El nuevo paradigma para alimentar al mundo requiere un enfoque agroecológico que debe integrar una perspectiva social que tome en cuenta los derechos de los pobres y el derecho de alimentarse de todas las personas. Debe desafiar el derecho a la propiedad privada como algo absoluto e inviolable, y reivindicar el propósito social de todas las formas de propiedad, que es la función social de la tierra”, expresó.
La agroecología es una disciplina relativamente nueva, que plantea un rediseño de la agricultura, en la que no se necesita el uso de insumos químicos y se tienen en cuenta los contextos ecológicos que logran alimentos más saludables.
“La agroecología ofrece autonomía relativa de los mercados de insumo y de los de alimentos. Requiere ingenio individual y colectivo, crea una demanda de fortalezas intelectuales y físicas para que la gente se empodere. En las comunidades es así, las habilidades colectivas se suman en un esfuerzo de campesino a campesino, por lo que hay una transferencia de conocimiento en forma horizontal”, explicó.
Para el investigador, la agroecología recampesiniza y así se reconfiguran los territorios. Por ende, hay una reducción de la dependencia externa y se crea una nueva realidad comunitaria. “Los territorios campesinos independientes, que funcionan como reservas de seguridad alimentaria y  resilientes al cambio climático, tienen más posibilidad de defensa frente a amenazas externas”, puntualizó el profesor.
¿Cuál revolución verde?
Asimismo, el académico criticó la velocidad de la denominada revolución verde, que consistió en la siembra y cosecha de trigo, maíz y una diversidad de granos que habían sido mejorados; igualmente en utilizar una gran extensión de tierra para una sola especie y por periodos largos. Además, se hacía uso de grandes cantidades de agua, fertilizantes y plaguicidas.
“En la revolución verde se crearon centros que desarrollan tecnologías que no tienen nada que ver con las condiciones que los campesinos enfrentan; por eso, el 80 % de ellos no se benefició. Sistemas agrarios muy equilibrados fueron desplazados y reemplazados por sistemas de monocultivo altamente dependientes de insumos externos, y vulnerables al cambio climático, plagas y otras contingencias. Por este motivo, en la actualidad tenemos 1.500 millones de hectáreas de territorio agrícola dominadas por monocultivos que han comprometido la seguridad alimentaria, nutricional y económica de la humanidad”, explicó el académico.







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